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El futuro de la ciberdelincuencia se ve afectado por la aparición de ChatGPT de OpenAI, que presenta desafíos únicos en términos de ciberseguridad. A pesar de sus potenciales aplicaciones beneficiosas, la inteligencia artificial avanzada de ChatGPT también puede ser explotada por ciberdelincuentes con intenciones maliciosas. Estos actores pueden utilizar el poder de ChatGPT para crear ataques más sofisticados, elaborar estafas convincentes o difundir desinformación. En consecuencia, el papel de ChatGPT en la ciberseguridad es un arma de doble filo, ya que plantea nuevos desafíos y obliga a los expertos a desarrollar estrategias de defensa más robustas para protegerse en este cambiante panorama digital.